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El movimiento antibelicista de hoy no unirá a la izquierda, aseguran exdirigentes de IU

Antiguos líderes de Izquierda Unida (IU) han rechazado la idea de que el movimiento pacifista en España pueda resurgir como un elemento unificador de la izquierda frente al PSOE, tal como sucedió en 1986 con el referéndum sobre la permanencia en la OTAN. A pesar de que el incremento del gasto militar y el rol de España en la Alianza Atlántica han vuelto a provocar tensiones entre los sectores progresistas, las diferencias ideológicas y estratégicas entre las fuerzas de izquierda complican una acción conjunta comparable a la de esos años.

Exdirigentes de Izquierda Unida (IU) han descartado que el movimiento antibelicista en España tenga la capacidad de resurgir como una fuerza unificadora de la izquierda frente al PSOE, como ocurrió en 1986 durante el referéndum sobre la permanencia del país en la OTAN. Aunque el debate sobre el aumento del gasto militar y el papel de España en la Alianza Atlántica ha vuelto a generar tensiones dentro de los sectores progresistas, las fracturas ideológicas y estratégicas entre las fuerzas que componen la izquierda dificultan una acción conjunta similar a la de aquel entonces.

El panorama actual es muy distinto al de los años ochenta, cuando el movimiento pacifista y antibelicista logró aglutinar a partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales y a una parte significativa de la ciudadanía en torno a la demanda de la salida de España de la OTAN. En 1986, bajo el liderazgo de figuras históricas como Julio Anguita y Santiago Carrillo, la izquierda fue capaz de articular un frente amplio que desafió al gobierno socialista de Felipe González, aunque finalmente el referéndum ratificó la permanencia en la organización militar.

Un contexto político fragmentado

Hoy, sin embargo, el contexto político es mucho más complejo. La izquierda española se encuentra fragmentada en múltiples partidos y plataformas, con diferencias significativas en sus prioridades y estrategias. Mientras que sectores como Podemos e Izquierda Unida critican abiertamente el aumento del gasto militar impulsado por el gobierno de Pedro Sánchez, otros actores dentro del espacio progresista, como el propio PSOE, defienden estas políticas como parte de los compromisos internacionales de España.

Asimismo, el conflicto en Ucrania y la situación geopolítica vigente han originado un debate más polarizado sobre la membresía de España en la OTAN. Por un lado, ciertos sectores de la izquierda critican la militarización y la dependencia hacia Estados Unidos. Por otro lado, hay quienes creen que la Alianza Atlántica es esencial para asegurar la protección de Europa ante amenazas externas.

La posición del PSOE y los conflictos internos

El PSOE, siendo el partido gobernante, ha respaldado contundentemente su compromiso con la OTAN y el incremento del gasto militar, justificando que estas acciones son esenciales para cumplir con las responsabilidades internacionales de España y para fortalecer su estatus en un mundo cada vez más inestable. Pedro Sánchez ha subrayado que el aumento en el gasto militar no debería ser visto como un abandono de las políticas sociales, sino como una inversión en la seguridad y estabilidad nacional.

El PSOE, como partido en el gobierno, ha defendido de manera firme su compromiso con la OTAN y el aumento del gasto militar, argumentando que estas medidas son necesarias para cumplir con las obligaciones internacionales de España y para reforzar su posición en un mundo cada vez más inestable. Pedro Sánchez ha insistido en que el gasto militar no debe interpretarse como una renuncia a las políticas sociales, sino como una inversión en la seguridad y la estabilidad del país.

Estas discrepancias han complicado la formulación de una respuesta coherente al incremento del presupuesto en defensa, lo que resalta la diferencia con la habilidad de movilización que demostró la izquierda en 1986. En aquel tiempo, la oposición a la OTAN no era únicamente un asunto político, sino también un emblema de resistencia cultural y social contra el militarismo y la influencia estadounidense.

Un movimiento pacifista menos vigoroso

Un movimiento antibelicista debilitado

Otro factor que explica la debilidad del movimiento antibelicista actual es la falta de una base social amplia y cohesionada. En los años ochenta, el pacifismo era un valor central para amplios sectores de la sociedad española, que todavía recordaban las consecuencias de la dictadura y la Guerra Civil. Hoy, en cambio, el contexto es muy diferente, y la seguridad nacional ocupa un lugar más destacado en la agenda pública, especialmente tras el estallido de la guerra en Ucrania.

Además, las prioridades de los movimientos sociales han cambiado. Temas como el cambio climático, la igualdad de género y los derechos laborales han ganado protagonismo, desplazando en parte las cuestiones relacionadas con el pacifismo y el antimilitarismo. Esto ha dificultado la construcción de un frente común que pueda desafiar las políticas de defensa del gobierno.

A pesar de las discrepancias entre el contexto actual y el de 1986, algunos antiguos líderes de IU opinan que el legado del movimiento pacifista sigue siendo pertinente como un recordatorio del potencial de la izquierda para unirse en torno a causas compartidas. No obstante, también admiten que es esencial ajustarse a las nuevas realidades políticas y sociales para desarrollar un proyecto político capaz de enfrentar los desafíos actuales.

«El problema no radica únicamente en la OTAN o el gasto militar, sino en la dificultad de la izquierda para construir una visión común de país», indica Cayo Lara, excoordinador de IU. Según Lara, la actual fragmentación no solo debilita a la izquierda frente al PSOE, sino que también restringe su capacidad para conectarse con las inquietudes de la población.

“El problema no es solo la OTAN o el gasto militar, sino la incapacidad de la izquierda para articular una visión compartida de país”, señala Cayo Lara, excoordinador de IU. Según Lara, la fragmentación actual no solo debilita a la izquierda frente al PSOE, sino que también limita su capacidad para conectar con las preocupaciones de la ciudadanía.

En conclusión, aunque el movimiento antibelicista sigue siendo un tema importante para ciertos sectores de la izquierda española, las condiciones actuales hacen improbable que pueda resurgir como una fuerza unificadora frente al PSOE. La fragmentación política, los cambios en las prioridades sociales y el contexto geopolítico han transformado el panorama, dejando a la izquierda con el reto de encontrar nuevas formas de articulación y movilización para enfrentar los desafíos del presente.

By Alfredo Mijarez P.

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